Hace unas semanas, el comisionado de la Big 12, Brett Yormark, sorprendió a todos al anunciar que la conferencia estaba considerando la posibilidad de incorporar a los actuales campeones nacionales, los UConn Huskies. Una decisión inesperada, especialmente considerando que el fútbol americano generalmente impulsa las reestructuraciones de las conferencias y UConn ha tenido un desempeño bastante pobre en la última década. No obstante, la Big 12 ha estado en busca de activos valiosos para mantenerse competitiva ante conferencias como la SEC y la Big Ten.
Las conversaciones entre UConn y la Big 12 se han visto interrumpidas, dejando en suspenso la posible incorporación de los Huskies. Brett Yormark anunció que la conferencia pausará sus esfuerzos de expansión, pero dejó abierta la posibilidad de retomar las conversaciones en el futuro. Según él, el baloncesto de UConn es un activo valioso que podría beneficiar a la conferencia en términos de presencia mediática en el noreste, un mercado estratégico. El director deportivo de UConn también confirmó que la indecisión provino del lado de la Big 12.
Aunque en el mundo del deporte universitario nunca se puede descartar nada por completo, parece poco probable que este cambio se concrete. El bajo rendimiento del equipo de fútbol de UConn es un obstáculo difícil de superar. A diferencia de otras escuelas que se unieron a la Big 12 y que tienen programas de fútbol respetables, UConn se encuentra en una posición complicada. Es probable que, de llevarse a cabo, la incorporación de UConn se limite al baloncesto, lo cual plantea dudas sobre la viabilidad de este movimiento. Equipos como Duke o Virginia, que cuentan con programas de fútbol más sólidos, podrían ser opciones más lógicas si la conferencia decide centrarse exclusivamente en el baloncesto. Incluso escuelas sin equipos de fútbol, como Gonzaga o Dayton, podrían ser consideradas como alternativas más coherentes en esta situación.
En resumen, la incertidumbre sobre el futuro de UConn en la Big 12 continúa. A pesar de las intenciones iniciales, la pausa en las conversaciones deja abierta la posibilidad de que este movimiento nunca se materialice. ¿Aceptarán los Huskies este revés y buscarán otras oportunidades, o habrá un giro inesperado en esta historia? Solo el tiempo lo dirá.