Cuando suena el pitido final en el Bercy Arena de París, uno no puede evitar preguntarse qué habría sido de los actuales campeones del mundo. Alemania llegó a esta competición como uno de los cinco equipos más fuertes del torneo. Muchos esperaban verla ganar al menos una medalla en la final, ya que tenían básicamente el mismo equipo del año pasado que ganó la Copa del Mundo de la FIBA. Entonces, ¿cómo pudo Alemania perderse una medalla olímpica?
¿Alemania perdió una medalla olímpica?
¿Continuidad o controversia?
Alemania era considerada como un equipo sorpresa para ganar una medalla, tal vez llegar a la final y asegurar una inesperada sorpresa en el camino hacia el oro. Como mínimo, se esperaba que Alemania finalmente ganara una medalla en baloncesto masculino olímpico. En su camino se interponía el equipo de los «Vengadores» en el Team USA, encabezado por LeBron James y Stephen Curry. Serbia siempre tuvo una oportunidad con Nikola Jokić como su líder. Francia tenía a la multitud local apoyando a su equipo, liderada por el actual ROTY, Victor Wembanyama. Canadá era posiblemente el equipo más fuerte además del Team USA, con 10 jugadores de la NBA en su plantilla.
De cara a este torneo, Alemania decidió competir básicamente con el mismo equipo del Campeonato Mundial del año pasado. Fue una decisión notable porque dejaron fuera a Isaiah Hartenstein y Maxi Kleber. En 2023, dejar fuera a Hartenstein fue una decisión comprensible. Tuvo un tiempo de juego limitado con los New York Knicks ese año, principalmente entrando desde el banquillo y siendo titular solo en ocho partidos.
En 2024, la decisión de no convocar a Hartenstein fue un dolor de cabeza. Acababa de tener un año destacado con los Knicks. Hartenstein recibió más tiempo de juego en gran parte debido a la lesión de Mitchell Robinson. Robinson, el principal defensor de los Knicks, sufrió una lesión de tobillo en diciembre de 2023, lo que lo dejó fuera de juego durante varios meses hasta justo antes de los playoffs.
La última palabra
Durante la ausencia de Robinson, Hartenstein tomó el mando y tuvo un impacto significativo. Jugó 25,3 minutos por partido, la cifra más alta de su carrera, y en ese lapso promedió 7,8 puntos, 8,3 rebotes y 2,5 asistencias por partido, cifras nada mal para un jugador fundamentalmente defensivo. Hablando de defensa, también registró un promedio de 1,2 robos y 1,1 tapones por partido la temporada pasada. Hartenstein jugó tan bien que firmó con el Oklahoma City Thunder un contrato de tres años por 87 millones de dólares.