Tras la derrota de la selección nacional masculina de Francia ante Estados Unidos en la lucha por la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París, Nic Batum decidió poner fin a su trayectoria con Les Bleus. El ala-pívot de 35 años y nativo de Lisieux anunció su retirada de la selección francesa, junto con su compañero Nando de Colo.
«Después de 15 años en este equipo, es hora de dejar mi lugar a la generación más joven», declaró Batum tras tomar la difícil decisión de colgar su camiseta nacional. A lo largo de su carrera con el equipo francés, ha disputado 101 partidos desde 2009, logrando dos medallas de oro, tres de plata y cuatro de bronce. Batum ha sido un pilar fundamental en el éxito de Les Bleus, formando parte de dos equipos nacionales que conquistaron la plata olímpica, un logro impresionante para el baloncesto francés.
Uno de los momentos más destacados de la carrera de Batum fue en el EuroBasket 2011, donde promedió 13.8 puntos y 2.0 robos por partido, con un 40.5% de acierto en triples, contribuyendo de manera crucial para que Francia se llevara la medalla de plata en aquel torneo. Su habilidad defensiva y su precisión desde la línea de tres puntos lo han convertido en un referente dentro de la selección, tanto en la cancha como fuera de ella.
A pesar de su edad avanzada, Batum sigue siendo un líder en el equipo, tanto en los entrenamientos como en los partidos. Su presencia como capitán es fundamental para impulsar a sus compañeros y mantener la moral del equipo en alto. Incluso en el enfrentamiento contra Estados Unidos por la medalla de oro, el veterano ala-pívot jugó 25 minutos, demostrando su compromiso y entrega hasta el último segundo.
Aunque el resultado final no fue el esperado, Batum y Nando de Colo se retiran con la cabeza en alto, dejando un legado imborrable en la selección francesa. Su dedicación y sacrificio han inspirado a toda una generación de jóvenes talentos, que ahora tendrán la responsabilidad de llevar la bandera de Francia en futuras competiciones internacionales. Sin duda, la huella de estos dos jugadores será recordada por muchos años en el baloncesto francés. ¡Hasta siempre, campeones!