El jugador franquicia de los Philadelphia 76ers, Joel Embiid, ha estado en el ojo del huracán durante su participación en los Juegos Olímpicos de París, donde no ha recibido precisamente un trato amistoso por parte de la afición.
La polémica en torno a Embiid es innegable. El jugador presionó para obtener la ciudadanía francesa con la intención de unirse al equipo nacional en los Juegos Olímpicos, pero finalmente decidió unirse al equipo de Estados Unidos, debido a su conflicto con la historia de Francia con Camerún y su disgusto con la insistencia del equipo nacional. Además, su familiaridad con muchos de los jugadores de la NBA que conforman el equipo estadounidense también influyó en su decisión.
En cuanto a la recepción fría que ha tenido en París, Embiid ha declarado que «siempre le ha encantado» (según Aris Barkas de Eurohoops), y añade: “Al final, creo que mucha gente piensa que es odio. Yo lo veo como amor y respeto. Si no fuera un jugador de baloncesto aceptable, no recibiría ese tipo de trato”.
A pesar de las críticas y los abucheos, Embiid tiene razón al afirmar que gran parte de la reacción negativa en realidad se debe a su estatus en la NBA. Aunque no está del todo claro si realmente cree que todo son muestras de amor, puesto que el mes pasado el pívot franco llegó a declarar que es el jugador más odiado de la liga. Sin embargo, rodeado de compañeros de equipo que lo respaldan, es posible que recientes conversaciones hayan contribuido a cambiar su perspectiva.
Lo que sí es seguro es que los abucheos no son algo nuevo para Embiid, quien parece estar acostumbrado a las críticas y sigue adelante con determinación en cada partido que disputa. Eso sí, el jugador de los Sixers está demostrando en el momento justo su valía en la cancha, donde su talento indiscutible está brillando con luz propia.